lunes, febrero 06, 2006

"Manderlay", de Lars Von Trier

Mientras me mantengo en la duda de si estamos ante un genio o un gran embaucador, debo reconocer lo que jamás me imaginé: que, pareciéndome "Dogville" el mayor timo del cine contemporáneo, su secuela, "Manderlay", me ha encantado contra pronóstico. Ante todo, debo dejar claro que me gusta "Los idiotas" y "Bailar en la oscuridad" (esta última más por Björk que por Von Trier), que "Rompiendo las olas" me tiene mucho de fraude y que de "Europa" aguanté como media hora. "Manderlay", segunda parte de la 'trilogía de Grace' que completará "Wasington" (así escrita, aún sin rodar y sin actriz principal decidida, aunque se ha hablado de Cate Blanchett), se apoya en los mismos presupuestos escénicos que "Dogville": decorados conceptuales a modo de tablero de "Cluedo" como búsqueda de una -polémica- nueva forma de representación cinematográfica para apelar al distanciamiento. Grace, el personaje principal de "Dogville", aquí encarnado por una desconocida Bryce Dallas Howard, tras arrasar Dogville llega por casualidad a un pueblo de Alabama donde, en plenos años 30, todavía existe la esclavitud. De guión mucho más interesante y complejo que su predecesora, se apoya en trampas casi insostenibles (que después de lo pasado en la peli anterior la tía siga erre que erre, que nada más llegar fallezca de muerte natural la persona que los esclavizaba, entre otros). Pero, esta vez, Von Trier consigue crear un mensaje inteligente e inquietante y, aún es más, haciendo olvidar esas connotaciones tramposas. Puntos más interesantes en mi opinión, y sin intentar destripar demasiado: 1) Grace es una niña pija, ingenua, caprichosa y con mucho tiempo libre. Está más lejos de la heroína sacrificada de sus filmes anteriores. Es la hija de un gángster y el pueblo al que intenta gobernar desde valores democráticos e igualitarios se somete contra su voluntad y por el poder de la fuerza. Ella impone la nueva ley (aunque sea supuestamente para ofrecer justicia histórica a los negros) bajo la fuerza de las ametralladoras que llevan los gángsters que trabajan para su padre y que se quedan con ella en el pueblo. Es como una mezcla entre Bush imponiendo la democracia en Irak y las misioneras de Intermón.
2) Es una especie de 'Gran Hermano' con pedigrí sociológico: como reorganizar una microsociedad viciada de antemano y, evidentemente, como cagarla cuando entran en juego traumas históricos, dilemas morales y diferentes e intrincadas relaciones de dominación. Además de ello, y frente al trasfondo de burda esperanza religiosa de "Rompiendo las olas", aquí no hay milagro posible ni, como en todo el cine reciente de Von Trier, la menor confianza en la especie humana.
3) Frente al esquematismo de películas anteriores, no hay soluciones e incita a pensar.
4) El punto de partida en que se inspiró Von Trier -además de las fotos de Jacob Holdt que aparecían también en los créditos finales de "Dogville" mientras suena el "Young Americans" de David Bowie- es el prefacio de "Historia de O" de Pauline Réage. Sí, he dicho la novela erótica "Historia de O", donde al parecer se habla de unos esclavos que prefieren seguir siendo oprimidos voluntariamente porque así al menos tienen a un amo que les da de comer. Salir de ahí implicaría una opresión más sutil pero todavía más cruel y cínica.
5) En las dos horas y media que dura la peli, conseguí olvidarme completamente de que se desarrollaba en un tablero de Cluedo (cosa que no me sucedió en "Dogville").
6) Sale Danny Glover, uno de los mayores clichés de actor negro etiquetado chunguísimamente por Hollywood gracias a la saga "Arma letal".
Pues eso.

Canción del día: "Love Goes On!" (The Go-Betweens)

Frase del día: "Ceo que esta será una de las escasas ocasiones en las que las Panteras Negras y el Ku Klux Klan estén de acuerdo: odiarán la película" (Lars Von Trier)

2 Comments:

Anonymous Anónimo said...

"Una polémica nueva forma de representación cinematografica"?...cual? utilizar decorados?!...yo creo que no es nueva, es estilizada simplemente...como aún no la he visto no te puedo entrar al trapo pero lo que dices me parece bastante coherente...Es normal que al sistematizar una serie de elementos(una trilogia con unos parametros temáticos recurrentes) el perverso de Lars vaya encontrando una forma mas sutil, elaborada e inteligente de meternosla doblada...
Yo creo que todas sus pelis son igual de buenas o malas, lo digo desde cierta objetividad porque desde el gusto personal hay algunas que me satisfacen mas que otras, como a ti, pero siempre llega a esa suerte de manipulación visceral del espectador que consigue hacerme salir del cine con una cierta sonrisa...(seré un degenerado?!)
Recuerdo esa aparentemente obra menor que es las cinco condiciones como una interesante reflexion, manipulada y ambigua tb, de la representación artistica y del papel del artista frente a su obra...Desde luego que Lars es un buen director pero odia al género humano(normal por otra parte) y eso es una de las cosas que le diferencián de Dreyer...
1saludo David.

4:30 p. m.  
Blogger David said...

Hombre, viendo los imperativos del Hollywood actual (y del cine europeo e indie también), lo de esquematizar la acción en decorados sí me parece bastante transgresor. Vale, me he colado con lo de "nueva".
Saludos, Sr. Atlántico, a ver cuándo toca la próxima tertulia friki after hours en vivo.

4:36 p. m.  

Publicar un comentario

<< Home