viernes, mayo 12, 2006

"Cruzando el puente. Los sonidos de Estambul", de Faith Akin. Oriente y Occidente.

Hace no mucho, bromeaba cínicamente con mi amigo Calros sobre que un fan de Einsturzende Neubauten no podía ser buena persona. El nuevo filme del turco-alemán Faith Akin (autor de "Contra la pared") demuestra lo contrario. De una forma muy parecida a lo que hicieron Ry Cooder y Wim Wenders en "Buenavista Social Club", Akin se alía con Alexander Hacke, el bajista del tremebundo grupo alemán, para realizar un documental sobre la música de Estambul, de la que Hacke se enamoro durante el rodaje de "Contra la pared".

La peli comienza con una cita de Confucio que alude a que la música de un país es la mejor forma de conocer ese país. Con cámaras digitales y un ordenador portátil que opera como estudio móvil, el cineasta y el músico van grabando y entrevistando a los que consideran algunos de los músicos locales más importantes, mientras se intercalan planos de la ciudad e imágenes significativas de su cultura popular (fundamentalmente, pelis antiguas, pero también fotografías o imágenes documentales). Hacke no disimula su pasión (el tío lo flipa realmente) cada vez que graba a un grupo o incluso llegando a tocar con ellos. Bandas de rock, post-rock, hip hop (las más interesantes), viejos ídolos locales como Erkin Koray (algo así como el Johnny Halliday o el Miguel Ríos turco pero, al parecer, más subversivo) o el muy interesante Orhan Gencebay, un actor-músico que provenía de la zona rural musulmana y que hacía de paleto que buscaba su dignidad en pelis a lo Manolo Escobar. También aparecen artistas neo-tradicionales kurdas como la altamente seductora Aynur.

Durante todo este periplo van saliendo al vuelo algunas reflexiones, un poco de la perspectiva de ensayo-error. La primera secuencia, se supone que para encauzar la línea general de la peli, se desarrolla en un barco en el Bósforo, con Europa a un lado y Asia al otro, para subrayar el cruce de culturas. Allí, Hacke se une tocando al grupo local Baba Zula. Pero luego se va viendo que la realidad es mucho más compleja que pensar en una fusión entre Oriente y Occidente. Otro de los músicos afirma: "¿Se supone que Oriente empieza en Turquía y termina en China, que Occidente empieza en Grecia y termina en Los Ángeles?".

Lo más interesante es que, pese a las especificidades del lugar, la cultura y la época histórica que se quiere reflejar, prácticamente cualquier país actual no anglosajón puede verse reflejado en ello y buscar lugares comunes culturales: los artistas de hip hop hablan de que sus padres les dicen que eso no era música, que música es Eric Clapton y Jimi Hendrix (ja, y sus abuelos que...), otros dicen que han traicionado su tradición por vestirse como los raperos norteamericanos; otros, que eso del gangsta rap es una mierda y que prefieren rapear sobre la temática que les afecta. Jóvenes artistas muestran su respeto por los pioneros del rock cuando ese género era visto como una invasión americana y capitalista, otros afirman la necesidad emocional de cantar en su idioma y no en inglés y otros defienden la calle como lugar para desarrolar con pureza su música en contacto con el público ("En Europa no lo conciben. Sólo quieren que grabes un disco, lo vendas y hagas una gira aunque no tengas nada que decir. Con que tu actitud y tu físico sean adecuados, ya puedes", dice un tal Siyasiyabend).

El mismo artista, junto a Aynur, introduce la problemática kurda en la música local: los temas en ese idioma estaban prohibidos hasta hace dos años. También hay alusiones a los problemas que el urbanismo está trayendo: la dura vida en los barrios y la aparición reciente de la heroína, pero también la "gentrificación" de barrios que antes eran chungos y no se te ocurría ni ir y ahora son lo más. En realidad, la película acaba encerrando una reflexión sobre la problemática común de todas las culturas periféricas.

Al final del film (en este caso no importa desvelarlo), Hacke dice que intentó captar la magia de Estambul y no lo ha conseguido: que se ha quedado en la superficie. Puede ser, pero en este recorrido turístico-musical desde una perspectiva indisimuladamene occidental, se percibe claramente de fondo una reivindicación de la comunidad musical como transmisora de respeto, convivencia, paz y hermandad. Puro buenrollismo, en suma (a ver qué fan de Einsturzende puede ahora criticar a los perroflautas a partir de esto), que se certifica con la canción que ilustra los (por otra parte) magníficos títulos de crédito finales:una versión turca de "Music" (Madonna) a cargo de Sertap Erener. "Music makes the people come together".

Canción del día: "Solemn Thirsty" (Malcolm Middleton)

Frase del día: "Una vida sin preguntas no es envidiable" (Bono)


5 Comments:

Anonymous Anónimo said...

¿Ya se ha estrenado?

12:40 p. m.  
Blogger David said...

No, la vi en el pase de prensa. Olvidé comentar que se estrena el 16 de junio en los Alphaville.

2:42 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Gracias.

6:23 p. m.  
Blogger Malicia Cool said...

hola, david, le he enviado este artículo tuyo a un buen amigo que también va a escribir acerca de la nueva música en Estambul, que le flipa. Te avisaremos cuando salga. A ver si me haces alguna visitita. Besos, (M) Alicia XXX

6:03 p. m.  
Blogger Malicia Cool said...

Pos hala, ya está el artículo que te dije. ¡Ciao! ¡Arrivederchi!

11:04 a. m.  

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