martes, febrero 13, 2007

"La ciencia del sueño", de Michel Gondry. Anarquía en el celofán.

Escribía Sergi Sánchez algo sobre "la ingenua belleza de una película contada a través de los ojos de un artista genuino que se coloca detrás de la cámara como si todo aún estuviera por inventar". Y, una vez más, lo clava. Michel Gondry, el hombre de Versalles que se niega a crecer, utiliza su último largo como una reivindicación de la fantasía y de la imaginación sin ningún tipo de cortapisas. Ahí está lo bueno... y lo malo.

Empecemos por lo primero. Sí: la inocencia con que toma el cine (ay, esas cámaras hechas de cartones de papel higiénico) y ese afán de experimentar-inventar, de buscar el ilusionismo de la imagen sin apelar a efectos especiales carísimos, le devuelve a la esencia artesanal de Mélies y, al tiempo, la total anarquía de contenidos, auspiciados por la libertad formal que le da una historia cuyo protagonista se la pasa casi todo el rato soñando, recuerda al cine libérrimo de Jean Cocteau ("Los niños terribles"), Jean Vigo ("Cero en conducta") o Louis Malle ("Zazie en el metro"), además de, lógicamente, los más cercanos Jeunet y Caro ("Delicatessen").

La aproximación de Gondry al mundo onírico es tan sumamente personal como puedan serlo la de Buñuel o David Lynch. En la película hay multitud de sorpresas y detalles geniales (¡esa máquina del tiempo!), pero el problema es que no se pone freno. Quiero decir: el punto de partida (un tipo muy creativo que se quiere ligar a su vecina y sueña mucho, hasta el punto que sus sueños acaban interfiriendo con la realidad) le da patente de corso para utilizar todo tipo de trucos visuales y narrativos, pero el argumento no avanza, acaba sepultado por toda esa parafernalia onírica.

Tampoco los personajes aparecen bien perfilados (el mayor fallo de todo el cine de Gondry. Yo sigo pensando que a la pareja de julais de "¡Olvídate de mí!" los mandaría a África antes que encariñarme con ellos), no se explica por qué Gael García Bernal se encapricha de tal modo con Charlotte Gainsbourg cuando es fea y, aparte de un barco con un bosque dentro, no hace nada más (aunque, bueno, eso es ley de vida). Eso sí: se supone que Bernal es un alter ego del director. Por un lado, hay ese autorretrato en el que, en lugar de verse como un héroe, se ve como un niño grande rayando la demencia, lleno de inseguridades, frágil y propenso a la paranoia constante. Y eso tiene su encanto, pero de ahí a conseguir que el espectador se identifique con él hay un gran trecho.

Nadie duda de que le falta un guionista. Ahora, sin Charlie Kauffmann (que le escribió el que es, con diferencia, su mejor largo, el delirante "Human Nature" y le ayudó a hacer caja con la boba comedia romántica "¡Olvídate de mí!"), su mundo es más firmemente personal, equivalente -e incluso retomando cosas- al que se puede ver en su DVD para "The Work Of Director", todavía el mejor de la serie. Gondry está haciendo algo que nadie más hace, pero todavía le falta dar algún paso importante para conseguir su gran película y figurar entre los maestros del cine actual.

Canción del día: "And I Was A Boy From School" (Hot Chip)

Frase del día: "Ahora mismo estoy en otras cosas. No estoy en Felipe V ni en los suevos ni en esto con lo que andan ahora de la memoria histórica" (Mariano Rajoy ante la pregunta de si el PP va a pedir disculpas por la guerra de Irak)


10 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Joder David, eso de decir que no entiendes por qué alguien se encapricha con Charlote Gainsourg "porque es fea", además de fascista, acaba de rebajarte unos puntos en mi escala de valores. Si todos los tíos pensáis así (y mucho me temo que lo hacéis aunque solo unos pocos tengáis los huevos de decirlo en voz alta), me temo que seré sXe...a la fuerza.

6:05 p. m.  
Blogger Unknown said...

No puedo estar más de acuerdo (llegúe a dormirme al final de la peli, ya que lo más mono ya había salido). Y respecto a lo de Charlotte Gainsbourg es cierto: SALE FEA Y SOSA (por imposible que paerzca), y con un jersey guarro del que no se desprende en toda la peli. En fin, qué decepción...

7:13 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Ya me tardaba el post, tío. Por partes:

a) suscribo la opinión de S. Sánchez;
b) perfecta tu descripción de la esencia del cine de Gondry: 100% de acuerdo;
c) la película tiene problemas, está claro, y es, ay, en cierto modo fallida: problemas de guión, sí, y problemas de
d) SOLIPSISMO: la clave; si Bernal es el trasunto de Gondry y viceversa, autor y personaje reflejan el uno en el otro la incapacidad de encontrar salida a su mundo autorreferencial, autorreferencial en exceso; eso se ve perfectamente en lo relativo a la
e) pareja: soñar es maravilloso, pero cuando sueñas lo haces TÚ SOLO, el otro, desgraciadamente, se queda fuera; sólo por momentos, mediante el juego, parece haber un terreno común y compartido, pero, ¿por qué siempre se acaba desvaneciendo? ¿por qué es tan...efímero? ¿POR QUÉ?
f) lo de Charlotte...ya te vale, tío...
g) le hace falta, clarísimamente, un guionista que complemente su perspectiva o algo: 100% de acuerdo;
h) de lo mejor de la peli: el contrapunto lúcido, cachondo y honesto del compañero punky-encorbatao-salidorro-pragmáticohastadecirbasta (¿cómo no has comentado nada de "¿flujo?", "¿no seréis unas calientapollas?", etc.?)
i) por último, 100% de acuerdo, también, con la conclusión final: Gondry es realmente original pero todos esperamos mucho más de él.

Hay que verla. Saludos.

7:17 p. m.  
Blogger David said...

Jajajajajajaja. Es la primera vez que alguien me llama fascista. Te recuerdo la frase exacta: es fea y (además de un barco tal) no hace nada más. Esto es: no destila un encanto personal, algo, que haga creíble que el otro personaje pierda la cabeza de tal modo. ¡Ni siquiera es millonaria o algo así!
Ojo: tampoco puedo entender que Kate Winslet se enamore del idiota de Jim Carrey en "Olvídate de mí"
Y, Bruno, el secundario está bien, es cierto, pero tampoco tiene el suficiente empaque como para dejar de opinar que los personajes no están del todo bien dibujados.
De todos modos, cierto: hay que verla pa opinar.

9:34 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Joer, David, ¿tú, precisamente tú, sólo te enamoras de millonarias o ultracachondas?

Está claro que el personaje de Charlotte es la "fea" eclipsada por la guapa - "por cierto, ¿me puedes dar el teléfono de Zoe?"- y es obvio que parte del problema por el que finalmente no cuaja su relación es que ella no obtiene ninguna confirmación fiable por parte de él respecto a su interés real, lo cual no hace más que aumentar su explícita inseguridad; de hecho, le falla al no presentarse a la cita clave, aunque después lo intente arreglar. Él es egoísta, sólo quiere alguien que le dé la mano mientras sueña y, realmente, sólo quiere soñar.

9:53 p. m.  
Blogger David said...

Claro, tío, como Borat cuando se enamora de Pamela Anderson :-)¡Eso sí que es lógico! Como buen conocedor de la historia de mi vida, siempre ha sido así, jajajaja.

Pero, también puede ser, que el personaje de Bernal se enamore de la Gainsbourg porque su amiga Zoe tiene novio y sabe que es imposible. Se enamora, por tanto, de la que puede ser factible. Pero parece que luego él fuerce las cosas para que deje de ser factible y, por tanto, seguir teniendo un buen motivo (gran motivo: estoy-colado-por-una-tía-que-no-me-hace -caso)y seguir soñando.
En cualquier caso, sigo pensando que Gondry no lo explica bien.

10:20 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Me has dejado inmerso en un celofanesco y proceloso mar de dudas...capullo! ;P

10:36 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Me da la sensación de que igual no me gusta, pero tengo que verla, eso seguro.

Lo de fascista era de coña, se entiende...

10:27 a. m.  
Blogger Hematocrítico said...

Vale con que esta peli es una ñoñez y no mola mucho...pero olvídate de mí boba comedia romántica? AMOS ANDA!

8:06 p. m.  
Blogger Hematocrítico said...

para fans de gondry, os recomiendo que busqueis en el youtube n video del susodicho resolviendo el cubo de rubik...con los pies! Uhlalá...

1:01 p. m.  

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