jueves, octubre 25, 2007

"El orfanato", de J. A. Bayona. Gran vuelta de tuerca

Todas las críticas que he sobrevolado por ahí (no leído a fondo, porque tenía miedo de que me desvelasen algo), incluso las más exultantes, hacían mención a que el único pero de "El orfanato" es cierta sensación de deja vu, de que no reinventa ni revoluciona el género de terror gótico. Curioso, cuando eso a, por ejemplo, Clint Eastwood, nadie se lo pide. O como si de repente todo el mundo estuviese harto de ver películas de casas encantadas con fantasmas, como si nos las pusiesen todas las noches en la tele en prime time.

Para ser un debut, de un autor absolutamente desconocido para quien no esté familiarizado con el mundo de los cortos o los videoclips (o sea, para todo el mundo como quien dice), nos encontramos con una obra prodigiosa, mayúscula, técnicamente impecable y que, además, consigue sus objetivos de cara al público: entretener, inquietar, asustar y, sobre todo, emocionar.

Porque, aún dentro de su más exquisita fidelidad a esa escuela del terror romántico, a lugares clásicos como los caserones y los acantilados, a temas recurrentes como el conflicto entre fe y razón, realidad e irracionalidad o los límites de la imaginación y la locura, Bayona y su guionista, Sergio Sánchez, penetran de forma sumamente conmovedora en los miedos primigenios y en lo más oscuro de la infancia con una perversa estructura de juego de niños. Y, sobre todo, ahondan en la soledad y la pérdida (evidentemente, no es fortuito que la trama se desarrolle en un antiguo orfanato y que el personaje central, increible Belén Rueda, sea la madre adoptiva huérfana de un niño huérfano) como puntos de inicio y principales motores de esta tragedia existencial.

Canción del día: "Antes de la lluvia" (Loquillo y Trogloditas)

Frase del día: "Quizá el secreto de vivir consista en aceptar la pequeñez humana, aferrarse a la tierra siendo uno entre la multitud y disfrutar de la seducción de todas las formas de misterio. Lo contrario es vanidad" (Julio Medem)

3 Comments:

Anonymous Anónimo said...

A mi me gustó mucho El Orfanato. Muchísimo. Pero ir sóla a verla no fue una buena idea, no tenía a quíén estrujar el brazo.

5:00 p. m.  
Blogger David said...

Ya ves, pues a mí me tocó al lado un señor que estaba todo el rato con el movil silenciado pero mandando sms. Me puso más nervioso la lucecita de su movil que los ruidos de la casa a Belén Rueda. A menudo me pregunto para qué paga tanto dinero la gente por ir al cine si luego está delante de la pantalla como si estuviera en el salón de su casa.

6:04 p. m.  
Blogger estibaliz... said...

yo la vi en el salón de mi casa y hacía tiempo que no pasaba tanto miedo [con Los otros, creo recordar]

aún encima, tuve que sacar los kleenex. Eso no se le hace a una madre

sí, sensación de déjà vu, todo tan tópico [el orfanato, los niños, gente con palas, con sacos en la cabeza...] que el mérito reforzado es lograr su objetivo [la conmoción inquietante] prescindiendo de la originalidad y de su cacareo

muy agudo lo de clint eastwood. Y podríamos añadir tantos [martin scorsese, woody allen, o el cine negro, que también tiene sus patrones. Incluso el experimental].Qué manía con ser originales.

6:42 p. m.  

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