domingo, noviembre 04, 2007

"Lejos de ella", de Sarah Polley (II). Espejos

Él adoraba a Julie Christie. Desde bastante pequeño, quizás desde que vio "Doctor Zhivago" en Sábado Cine. No podía creer que hubiese mujer más fascinante en el mundo. No podía evitar pegar los ojos al televisor cada vez que daban una peli en la que salía ella. Daba igual que fuera buena o no lo fuera. "Engendro mecánico", "Oriente y occidente", "Shampoo", "Fahrenheit 451", "Amenaza en la sombra"... (ufff, "Amenaza en la sombra"). La pista se perdió, pero el rastro se fue reencontrando en pelis más recientes que ya veía en el cine. Su sonrisa y su mirada seguía siendo la misma y él volvía a recordar aquella vieja fascinación de infancia.

Ella no se cansó de luchar. Cogía el barco para ir a la escuela. Le obligaron a dejar de estudiar para ayudar en casa. Superó tragedias y años duros. Su segundo embarazo fue difícil. Prácticamente los nueve meses postrada en una cama. Pero deseaba a ese hijo. Lo dio todo por él. Ahora, cuando hablan por teléfono, siempre le hace la misma pregunta:"¿Cuándo vienes?". Sus recuerdos se hacen trizas, su memoria hace crash como un cristal roto en mil pedazos por una pedrada, pero él sigue aún intacto en su cabeza, en la mirada de vidrio quebradizo, en una sonrisa de agua.

Un libro. Su nombre en grande, pero la foto es de Sarah Polley.

Él amaba una imagen idealizada, congelada en el tiempo gracias a la eterna juventud del celuloide. Rostros y voces de un pasado imaginario. Nunca se paró a pensar que Julie Christie tenía, prácticamente, la edad de su madre.

Canción del día: "Tom Courtenay" (Yo La Tengo)

Frase del día: "Más vale hablar poco y parecer idiota que hablar demasiado y demostrar que lo eres" (Mark Twain)


3 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Off-topic: David, ¿recuerdas mi comentario acerca de la conexión entre Julio Medem y David Lynch a propósito de Caótica Ana? Sí, hombre, el que suscitó alguna respuesta jocosilla. Pues bien, ayer vi Inland Empire, y me quedé estupefacto al comprobar que, tanto temática como argumentalmente, cada una en su muy particular estilo, son ¡prácticamente idénticas! No quiero spoilear más de lo spoileable o de la yo spoileado, pero es asombrosa la similitud de sus planteamientos e intenciones, que, desde luego, van mucho más allá de lo que yo pretendía. Me extraña que no hicieses ninguna referencia al respecto. Es una coincidencia de lo más inquietante para ambos, sobre todo para Medem y su obsesión con el azar y el destino. ¿Conoces alguna referencia cruzada entre ellos por este tema?

Por cierto, Sugarbabe, cuando la veas, hablamos.

Tengo... ¡poderes! ;)

1:03 p. m.  
Blogger David said...

¿Similitudes? Pues, tío, realmente no lo he visto tan claro como tú...
Pero sí es cierto que Medem siempre suele citar a Lynch entre sus directores favoritos.

¿Sugarbabe?

Power for the people!

2:49 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Clarísimo:

- Ambas son un parábola/cuento/fábula sobre la violencia de género (celos, prostitutas, violaciones, malos tratos, etc.);

- en ambas la historia se desarrolla a través de un personaje femenino que, de una forma u otra, tiene la capacidad de tener acceso/entrar en contacto/participar a/con/de las historias de violencia de todas esas "otras" mujeres y vengarlas o salvarlas.

Insisto, me parece asombroso que los guiones de estas dos obras maestras tengan esa columna vertebral tan tan parecida de una forma tan simultánea. Es increíble.

Sugarbabe es el seudóndimo de la persona que hizo aquel comentario jocoso sobre, según él, la "caótica" relación de Lynch/Medem. Me gustaría que se pronunciase ahora.

3:11 p. m.  

Publicar un comentario

<< Home