sábado, junio 13, 2009

Cuento de Alicia inventada y la princesa que se fue con el viento

"Largo es el camino/ oscuro el mapa del viajero/ que otea el horizonte.
Parece tan cansado/ tantos cambios en el mapa/ que había dibujado.
Pesan más que mi equipaje/ el dolor y la tristeza/ el porqué de este viaje".


Abrió la puerta y, con olor a cerrado y vacío, tomó la mano de una hija inexistente, Alicia Imposible, Alicia Inventada. Y con ella, poco a poco, recorrió la casa. Le habló de antiguos tiempos en que él era como ella (o, más bien, de cómo él quisiera que ella fuera), de una foto de tarta de cumpleaños que revelaba una época en que los colores eran distintos y de la leyenda urbana de un paraguas tirado a la calle que impactó en un perro. Le contó que los objetos tenían vida y que en ellos se iba percibiendo el poder de la ausencia. Fotos antaño sonrientes guardaban ahora un rictus de melancolía. Las tazas de lugares turísticos acumulaban la suciedad adusta del tiempo. Las plantas se habían marchitado, agachado su cabeza hasta hundirse arrugadas en la tierra. Las ventanas se habían ensombrecido y ya no dejaban entrar la luz. Los cojines del salón almacenaban tristeza, los colchones inventaban agujeros y las geishas de los cuadros, productos del amor de ella, renunciaban a poseer la magia de antes y se miraban entre sí con tono grave. Las palabras de los libros se iban borrando, las cintas de vhs se llenaban de rayas y chirridos y los surcos de los vinilos gemían amargamente. Los techos se desconchaban con pose taciturna y derrotada.

Los fantasmas existen. Cuentan que los objetos de la casa compartieron el pesar de la ausencia con los olores y los sonidos. La cisterna goteaba lágrimas de agua sucia sin parar. Los cepillos de dientes cosechaban canas y se deshilachaban. Las cañerías suspiraban con ruidos nocturnos. Los pasillos olían a olvido y el corazón de los conductos de la luz comenzaba a pararse. Pero, en el temblor de la nada, el sonido predominante era la ausencia de los ruidos que antes llenaban de vida la casa. El de la llave entrando por la cerradura. El de sus inconfundibles pasos caminando por el corredor. El del cable del exprimidor introduciéndose en el enchufe. El de las persianas que se abrían cada mañana dando entrada a la luz.

Cuentan que, un día, la casa ya no pudo aguantar tanta tristeza y lloró tanto que el suelo quedó lleno de charcos. Los vecinos entraron, achicaron y achicaron pero, de vez en cuando, algún nuevo charco vuelve a aparecer en el lugar menos esperado. Él le habló de tiempos anteriores, cuando la idea de porvenir se imponía a la idea de nostalgia, cuando él era como le gustaba imaginarse ahora a Alicia Inventada, Alicia Nunca Encontrada. Y le tiró de la mano y, saliendo a la terraza y observando cómo su paisaje vital se había transformado en una arquitectura desconocida e inaprensible, le habló a Alicia Invisible de que nunca le habían explicado lo que sucedía después del final de los cuentos. Después de la felicidad y las perdices.

Éranse una vez una princesa y un príncipe azul, que vivieron en esa misma casa. Vencieron a brujas y magos malignos, se perdieron en el bosque y, tras superar todas sus pruebas y jurarse amor eterno, fueron felices y comieron perdices. Pero, más allá de la última página del libro y sin motivo aparente, a la princesa le cayó un maleficio. Un hechizo terrible. Dejó de hablar inteligiblemente y de escuchar, dejó de reconocer al príncipe, dejó de ejercer cada uno de sus sentidos y se marchitó paulatinamente. El príncipe nunca pudo entender el por qué de ese castigo llegado de quién sabe dónde y, cogido de su mano, fiel a su promesa de amor, se dejó marchitar con ella. Cuentan que lloró tanto, tanto, tanto que se inundó toda la comarca, que emergieron ríos y pantanos en una tierra antiguamente yerma, al tiempo que sus ojos se secaban hasta el punto de perder incluso la visión. Y ambos se fueron con el viento, abandonando aquella casa sin tan siquiera decir adiós.

“¿Por qué me cuentas estas cosas, papi inexistente, papi inventado por ti mismo?”, inquirió la falsa Alicia. Y él, por un momento, temió que la niña le dijese algo en plan “estás borracho como una prea, estás puesto hasta las cejas y yo sólo soy un reflejo que crees ver en un charco”. Temió que Alicia Rompealmas le amenazase con ser una visión que en un minuto sería absorbida por el deshumidificador y que luego se le reaparecería en pesadillas cantando “In Heaven”.

Pero no, Alicia Inventada, Alicia Esperada, Alicia Vida Tal Vez Soñada, Alicia Nunca Nacida le mostró un brillo en sus ojos y él, por un momento, creyó que era real. Justo cuando ella le dijo: “Me estás dando miedo, mucho miedo. Me gustas mucho más cuando me haces sonreír”. Y él sonrió, por primera vez en 342 días, como Narciso en el espejo de un suelo inundado.

Canción del día:
"El mapa" (Family)

Frase del día: "Madrid es Sodoma y Gomorra juntas" (Ramoncín opinando sobre el futuro próximo de Cristiano Ronaldo)

9 Comments:

Blogger supersalvajuan said...

¿También entiende de fútbol don Ramón? Bendito sea Dios.

7:02 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Ramoncín merece implotar. Y Cristiano también.

12:35 p. m.  
Anonymous alberto said...

...quén lle dera...

4:51 p. m.  
Anonymous C. said...

Impresionante cuento, David. Impresionante de verdad.

7:34 p. m.  
Anonymous iritatirita said...

me has puesto la piel de gallina y un nudo en el estomago.

superemocionante.

un abrazo



PD. un placer de sábado noche :-)

1:22 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

- Casi le haces cambiar de idea a mi papa acerca del nombre que tiene pensado para mi cuando nazca en Septiembre.
Me ha gustado tu cuento aunque es un poco triste y voy a hacer todo lo posible por hacer sonreir a mi papa los 365 dias cuando sea una mas de la family.
Alicia (griego). Que defiende y protege. Femenino de Alejo.

Gracias por compartir el relato, a veces es mas gratificante recibir buenas criticas que escribirlas o eso espero. Sergio V

6:14 p. m.  
Anonymous iritatirita said...

mi padre se llama alejo!!

me acabo de enterar de que es el masculino de Alicia... esta fuente es fiable??

me gusta mucho esto de saber los orígenes de los nombres... pero nunca me fío pq siempre me cuentan o leo o me encuentro con muchas versiones diferentes.

11:28 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Estoy de acuerdo que eso suele pasar, especialmente en paginas .es. Otras fuentes dicen que viene del aleman. Sin embargo parecen significar lo mismo en masculino y femenino (noble, verdadero/a, que proteje...) y tienen muchas variantes y generalmente Alicia aparece como la variante en castellano. Las mas anglosajonas dicen que es una variante de Alice... asi que depende de donde se mire. Pero si Alexia es variante de Alicia supongo Alexis se acepta como variante de Alejo. Pero no lo puedo asegurar si la fuente es segura, eso es tal dificil como creer en las entradas de la wikipedia.
Algo parecido me paso cuando me costo creer que si hablas con bulgaros y polacos de nuestra edad -30s- podreis tener en comun una bonita conversacion sobre "Verano Azul". Asi que Mercero tuvo la culpa de ensenar temas como el divorcio a ninos al otro lado del Muro y yo sin enterarme. La fuente: la wikipedia. Confirmado despues por un amigo polaco que es cierto.
Un blog currado en castellano: http://www.xn--nombresdenias-skb.net/a/#more-163
Sergio V

5:24 p. m.  
Anonymous iritatirita said...

muchas gracias

creo que lo que más me chocó es que a todo el mundo Alejo le parece un nombre rarísimo y Alicia es como tan habitual.

ahora tendré que contarselo a mi padre

6:14 p. m.  

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